Cuando tenemos un perro, la lucha con los insectos y otro tipo de pequeños organismos que tratan de alojarse en él puede llegar a ser bastante agotadora, especialmente si vivimos alejados de la ciudad y el perro tiene la costumbre de andar suelto por cualquier parte. Afortunadamente, las marcas farmacéuticas con el paso de los años han ido perfeccionando los sistemas para evitar que esto ocurra, especialmente en el caso del collar antipulgas, que ha evolucionado de una manera bastante sorprendente.
Los collares que conocemos solían supurar un pequeño halo de repelente, parecido a un perfume, que impedía que pulgas e incluso garrapatas y mosquitos se acercaran al perro. Pero en la actualidad, el collar antipulgas libera una sustancia química que se esparce por el pelo, en la zona superior del perro, aportando una cobertura y protección superior a lo que veníamos estando acostumbrados.

Qué vas a encontrar:
Analizando los diferentes tipos de collar antipulgas en el mercado
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La mayoría de los usuarios suelen preferir el collar antipulgas y antigarrapatas principalmente porque aporta mucha comodidad y, una vez que se lo colocan al animal, se desentienden por completo del tema. Existen otros mecanismos, como los sprays y otro tipo de remedios caseros, que no tienen por qué ser necesariamente menos efectivos, pero que requieren de una aplicación muy constante, lo que resulta un inconveniente y puede poner en riesgo al perro si nos olvidamos algún día de aplicárselos.
Características principales del collar antipulgas
Como su nombre indica, el collar antipulgas principalmente defiende al perro contra las pulgas y otros insectos parecidos, como es el caso de las molestas garrapatas. Lo que no todo el mundo sabe es que además suele ser un buen repelente de Flebótomos, esos mosquitos que contagian la Leishmania, uno de los principales temores de hoy día para cualquiera que sea dueño de un perro.
Muchas personas suelen utilizar el collar antipulgas como un refuerzo a las pipetas, o incluso a la vacuna contra la Leishmania, aunque técnicamente por sí solo el collar puede ser suficiente. Hay que tener cuidado, porque no todos los collares proveen de esta protección, dado que el elemento que consigue cumplir con este efecto es el principio activo que lo compone. Los collares Seresto y Scalibor, cuyas diferencias veremos a continuación, sí cumplen con este requisito satisfactoriamente.
Además, otra de las características imprescindibles es la durabilidad de estos collares. Si el perro tiende a mojarse, es posible que al entrar en contacto con el agua el collar pierda su eficacia. Afortunadamente, los collares antigarrapatas de las primeras marcas suelen proteger aun cuando se den estas circunstancias.
¿Existen efectos adversos en los perros?
Lo cierto es que todos los métodos pueden provocar algún tipo de efecto inesperado. No todos los perros reaccionan igual ante los diferentes principios activos, y pueden desarrollar cierto tipo de rechazo o alergia que es importante controlar en los primeros días.
En el caso del collar antipulgas, lo más probable es que si el perro es demasiado sensible al collar, este acabe provocándole un eczema en la piel. Por eso, al menos durante los primeros dos o tres días, se recomienda revisar la piel del animal alrededor del collar para ver en qué estado se encuentra y poder, en el caso de que notemos alguna anomalía, retirarlo a tiempo.
Además, si tenemos niños pequeños, es mejor utilizar otros métodos, dado que pueden tocarlos y llevarse las manos a la boca, algo que sería muy perjudicial para su salud.
¿Cuáles son las principales diferencias entre Seresto y Scalibor?
Podríamos decir que Seresto y Scalibor son el collar antipulgas insignia de dos marcas populares en el mundo de la farmacología: Bayer y MSD, respectivamente. El consumo de estos collares está distribuido de una manera bastante simétrica, por ello, lo usual suele ser consumir o bien el más económico, o bien el que se consiga más fácilmente. También hay que considerar que en caso de efecto adverso, como comentamos anteriormente, puede ser una opción cambiar el collar para ver si se resuelve el problema.
Si nos guiamos por el principio activo que compone el collar antipulgas de cada marca, veremos que deltametrina es el usado en el caso del Scalibor e Imidacloprid con flumetrina en el caso del Seresto.
Existen otros collares antipulgas, como Pulvex, Taberdog y Parasital, que, si bien no son tan conocidos, son ligeramente más baratos, aunque no ofrecen garantías en caso de que surjan efectos secundarios, como sí lo hacen las primeras marcas. Además el principio activo no es el mismo, y si bien estas otras marcas han encontrado opciones válidas, como es el caso de Taberdog, que utiliza la parmetrina, hay que tener cuidado, dado que algunos collares utilizan principios naturales que pueden resultar significativamente menos eficaces.
La principal diferencia entre Seresto y Scalibor, que además supone otro factor importante para descartar al resto, es la durabilidad del collar. En el caso de Seresto, según todas las reviews farmacológicas, es sin duda el collar más duradero del mercado al día de hoy, superando con creces los seis meses de durabilidad. En el caso de Scalibor de MSD, la cosa se acorta un poco pero no demasiado: si bien pueden alcanzarse los seis meses sin problemas, este período no debe alargarse más.