Los canes son los animales predilectos de la mayoría de las personas, y no en vano, bajo la fama de ser el mejor amigo del hombre; estos se han ganado el afecto y la protección de muchos, motivo por el cual su cuidado y salud siempre será un tema de interés de sus dueños.
Si eres amante de los perros y cuentas con uno bajo tu potestad, debes saber que el mismo está expuesto a muchas patologías, como la Leishmania, así que en este post te hablaré algo de la enfermedad, pero también de su prevención: la vacuna.
Qué vas a encontrar:
¿Qué es la Leishmania?
El nombre exacto de la enfermedad es leishmaniosis canina, y se trata de una infección que puede contraer un perro a través de la picada de un mosquito de la categoría Phlebotomus perniciosus, que es el ente portador del parasito Leishmania infantum.
Claro está que el can puede contraer dicha infección por otras vías de contagio, como la venérea, por la mordedura de un perro ya contaminado, e incluso estudios clínicos han determinado que es posible la transferencia de la enfermedad a través de la placenta.
Cuadro Clínico
Al respecto de la sintomatología que tu perro puede presentar una vez contraída la Leishmania, los veterinarios señalan que las manifestaciones más evidentes son:
- Pérdida del apetito
- Pérdida de masa muscular
- Diarrea
- Aumento de la temperatura corporal
- Recrecimiento de los ganglios linfáticos
- Caída del pelaje
- Aparición de bultos en la piel
- Descamaciones y ulceras sangrantes en la piel
Diagnóstico
Se puede apreciar la enfermedad por medio de exploraciones físicas, además del análisis que puede hacerse en el laboratorio, donde se observará a través del microscopio la presencia del parasito Leishmania infantum en las heces y orina.
Vacunas contra la Leishmania
Respecto a las vacunas, conviene advertir que los ensayos clínicos comenzaron en la década de los 30 en Brasil, con parásitos muertos, incluyendo una composición química de primera que ofrecieron resultados satisfactorios. Los estudios y aplicaciones continuaron hasta que para los años 40 se extendió en toda Latinoamérica hasta llegar a Europa, donde se ha potenciado su elaboración.
Administración de la vacuna
En la actualidad se pueden distinguir dos vacunas para generar la inmunización de la patología y la codificación celular debida a fin de que se pueda hacer frente a los parásitos portadores de la Leishmania.
La vacunación se realiza a partir de los 6 meses de vida del perro, repitiéndose cada 3 semanas hasta completar las 3 dosis iniciales. Para alcanzar el máximo estado de inmunización, debes esperar a que transcurran las 4 semanas desde la última aplicación; después de esto, tienes que colocarle la vacuna a tu perro todos los años para mantener la inmunidad intacta.
¿Cuáles son las vacunas disponibles en la actualidad?
Al día de hoy existen 2 vacunas para proteger a tu perro contra la Leishmania, que a saber son:
Canileish® (laboratorios Virbac)
Dicha vacuna está conformada por proteínas que segrega el parasito de la Leishmania infantum, junto a un adyuvante conocido como la Quillaja saponaria.
Esta se administra de forma subcutánea, y los efectos que puede ocasionar en el perro son invariables pero leves, van desde la pérdida temporal del apetito, hasta hipotermia, siendo las reacciones adversas más comunes la aparición de alteraciones digestivas; en todo caso, los efectos suelen ser superados a las dos semanas sin presentarse complicación alguna en el animal.

Letifend® (laboratorios Leti)
Esta es la más reciente de las dos vacunas, ya que su fecha de lanzamiento al mercado data del año 2016, cuya composición presenta 4 proteínas de la Leishmania infantum, más 1 gen de la bacteria E.coli; la combinación de principios es pura, sin presentar ningún adyuvante, condición que hace que la vacuna no ocasione efectos secundarios en tu perro; es por ello que muchos veterinarios optan por la aplicación de ésta, para evitar las reacciones adversas en el animal.
Efectividad de las vacunas contra la Leishmania
Muchas personas suelen presentar miedo ante la posibilidad de vacunar a sus animales, por temor a los efectos adversos, e incluso por considerar que sus mascotas pueden conseguir la muerte tras la aplicación de las mismas.
Pero en el caso de las vacunas de Leishmania te indico que son totalmente seguras, y que la relación riesgo-beneficio es ínfimo, es decir, que estas aseguran un 93% de protección a tus perros frente al riesgo de desarrollar la enfermedad.
La opinión de la mayoría de los veterinarios es asertiva, al asegurar que las vacunas son la mejor opción para resguardar el sistema inmune de los chuchillos; conforme a ello, estudios estadísticos han demostrado que un total de 76% de los perros expuestos a factores desencadenantes de Leishmania, no contrajeron la enfermedad, mientras que el porcentaje restante presentó síntomas muy leves, superando la patología en escasos 15 días con el oportuno tratamiento.
De modo tal que ante la pregunta ¿son seguras las vacunas de Leishmania? La respuesta es SÍ. La Leishmania es una enfermedad riesgosa y peligrosa incluso para el ser humano, por lo que el proceso de vacunación es obligatorio en muchas localidades, siendo tu obligación como dueño del perro colocársela no solo para protegerlo, sino también para evitar la propagación de su prototipo bacteriano, que sin las medidas adecuadas puede conducir a una situación endémica.
Prevención de la Leishmania
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Ciertamente la vacuna cumple un papel fundamental en la prevención de la Leishmania, con el propósito de resguardar el sistema inmune del animal frente a la posibilidad de contraer la enfermedad; y en caso tal de que la adquiera por cualquiera de las vías de contagio, pueda contar con una respuesta inmune adecuada que no le permita desarrollar cuadro clínico comprometedor a su salud.
Sin embargo, a pesar de que tu perro cuente con las dosis de la vacuna de Leishmania, debes protegerlo ante la picada del mosquito portador del agente patógeno, y para ello se recomienda el uso de collares repelentes que se colocan en el cuello del animal, estos puedes conseguirlos en distintos materiales que los hacen cómodos al usar.
De igual forma, existen repelentes de aplicación tópica que protegen al can de picadas y de bichos rastreros que puedan afectarlo, sin riesgo de intoxicación.